María Teresa trabaja en la Fundación Natura desde hace 18 años y actualmente se desempeña como Directora Ejecutiva.
Luchadora y comprometida: te presentamos a María Teresa, la mujer que lidera la Fundación Natura y transforma su comunidad
Desde su rol de ejecutiva, María Teresa Vargas ha logrado integrar a más de 60 municipios de cinco departamentos en una cruzada medioambiental por el agua. Su historia demuestra que las mujeres transforman de forma positiva sus comunidades, una visión compartida por la Compañía Coca‑Cola, que trabaja para potenciar el desarrollo económico de emprendedoras en todo el mundo.
María Teresa Vargas nació en el seno de una familia de agricultores hace 51 años en la localidad de Mataral, un pueblo de los valles cruceños ubicado a 209 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz. Cuando terminó la escuela, sus padres, sus cinco hermanos y ella emigraron a Santa Cruz en busca de mejores condiciones de vida. Hoy es una de las pocas mujeres del país al frente de una ONG medioambiental: desde su rol de Directora Ejecutiva, coordina con más de 60 alcaldes del país la conservación de bosques para cuidar el agua.
Se formó como licenciada en Ciencias de la Comunicación y ejerció como periodista en varios medios de comunicación cruceños, pero nunca olvidó sus raíces y su gusto por el campo. En la conjugación de esos perfiles, se inició en proyectos de conservación ambiental a través de un programa del Banco Mundial. Desde ahí no paró de crecer y buscar nuevas oportunidades, para ella y para su comunidad. “Me fascinaba el periodismo porque era algo que me acercaba a la gente, me llevaba a los barrios”, rememora, y cuenta que fue precisamente eso lo que le permitió conocer la realidad de las personas y sus necesidades más apremiantes, como el acceso al agua.
María Teresa observa con orgullo todo lo que ha hecho, pero asegura que le falta mucho camino por andar, no solo en la mejora del acceso al agua sino también en el empoderamiento de mujeres como ella: y es que tuvo que sortear varios desafíos para llegar al lugar en el que está. “Las mujeres tenemos que abrirnos camino casi siempre luchando, casi siempre batallando. Vas codeando para abrirte camino y dices ‘aquí estoy y me van a escuchar’. Hasta de manera metafórica tienes que levantar tu voz para que te escuchen y que no estás de adorno, que estás también para opinar y que seas tomada en cuenta”, afirma.
Las mujeres como María Teresa tienen una visión que las impulsa a transformar todos los ámbitos donde se desenvuelven. Ya sea en los negocios como en la economía de un país, en las familias y en las comunidades: son mujeres que están transformando el mundo para un mejor futuro compartido.
Esa visión es la misma que guía a la Compañía Coca‑Cola, una gran aliada de la Fundación Natura en los proyectos de conservación de agua, que en 2020 celebró el éxito de su iniciativa global 5by20 por la que logró potenciar el desarrollo económico de cinco millones de mujeres en todo el mundo.
En este 2021, la Compañía redobla su compromiso, consciente de que el poder transformador de las mujeres es clave para la reactivación a la que se enfrentan las comunidades. Solo en nuestro país, Coca‑Cola Bolivia ha logrado acompañar a más de 4.000 emprendedoras con los programas Gerente Pyme. Mi Negocio y Gerente Pyme. Mi Restaurante.
María Teresa tiene muy claro que empoderar a las mujeres es beneficioso para toda la comunidad. Por eso, por ejemplo, aboga por más contratos de conservación de bosques con mujeres, o alcanzar el 30% de participación de mujeres en los directorios de cooperativas de agua. “Son pasos chiquitos. Cada vez estamos empujando para que se den más contratos que tengan más participación para las mujeres, o desarrollen actividades que sean proclives a las mujeres, como la apicultura”, apunta.
En ese sentido, reflexiona que gran parte de esas oportunidades tienen que ver con la línea de partida, que no son iguales y que benefician en su mayoría a los varones. “Bolivia ha evolucionado mucho en los últimos 20 años en temas legislativos a favor de las mujeres. Muchas cosas se han ido superando, pero tenemos grandes batallas. Son pasos chiquitos que tenemos que mirar nosotras, en la escuela, en nosotras mismas, en los hábitos, en las tareas que delegamos a la niña o al niño en la casa. Ahí empieza la línea de partida”, agrega.
María Teresa apuesta porque cada vez más mujeres se sienten frente a la mesa de la toma de decisiones.
En busca del equilibrio
Para María Teresa no existe una receta a seguir para combinar los roles de madre, esposa, profesional. La práctica y la realidad de cada mujer van dando las pautas y cada mujer debe crear ese ambiente que le permita desarrollarse en todas sus facetas sin sentir culpa ni frustrarse.
“El reto más difícil que tenemos las mujeres, que hemos decidido tener una carrera y también ser madres, es combinar de manera perfecta esos dos roles. Por ejemplo, amo mi trabajo y amo lo que estoy haciendo porque me siento con una misión muy grande frente al ciudadano porque estamos haciendo un servicio, pero también amo a mis hijos”, afirma.
Por eso, María Teresa intenta cumplir ceremoniosamente con tres reglas para balancear su mundo: tiempo para ella, tiempo para escuchar a sus hijos y tiempo para su trabajo. “Intento regalarme una hora y media para mí misma o bailo corro o hago algún tipo de actividad física todos los días, es la manera que conecto mi mente mi corazón y fluyen mis ideas. Trabajo con normalidad y un día entre semana me quedo en casa para atender a los niños que tienen tareas y actividades en casa por la pandemia, los acompaño los escucho. Los fines de semana son para ellos, los escucho, qué es lo que quieren hacer, que es lo que piensan”.