Coca-Cola y el agua

Este es el plan de The Coca‑Cola Company para afrontar los desafíos del estrés hídrico

Hablamos con Ulrike Sapiro, Global Senior Director, Water Stewardship & Sustainable Agriculture en The Coca‑Cola Company, sobre el estrés hídrico

12/04/2020

Según los expertos, el cambio climático provocará la pérdida de una parte importante de la reserva de agua dulce del planeta. Se espera que en 2030 la demanda de agua supere en un 40% a la oferta.

Con motivo de la Semana Europea del Desarrollo Sostenible (ESDW), hablamos con Ulrike Sapiro, Global Senior Director, Water Stewardship & Sustainable Agriculture en The Coca‑Cola Company sobre temas tan importantes como el estrés hídrico, la agricultura sostenible y el cambio climático.

Como sociedad, ¿qué podemos hacer para revertir esta tendencia y no perder nuestras reservas de agua dulce?

Lo primero que debemos aclarar es que no perderemos agua. Considero que esa afirmación es una interpretación equivocada de lo que significa el cambio climático. El agua es infinitamente renovable y reciclable.

Lo que sí significa es que esa agua estará en lugares diferentes, y no necesariamente allí donde la gente o la naturaleza la necesite. O que haya demasiada agua en un corto periodo de tiempo, dando lugar a inundaciones.

El reto es que tanto la naturaleza como los humanos estamos escasamente preparados para adaptarnos a ese cambio, y eso provoca lo que se conoce como estrés hídrico.

El aumento de la urbanización exacerbará este problema.

Habrá regiones con una mayor población que necesiten más agua, pero que por diversas razones tengan menos disponible. Además, una mayor concentración de la población a menudo significa una menor calidad del agua, y que, aunque esa agua exista, no se pueda utilizar por estar contaminada.

Existen diversas maneras en las que podemos ayudar a revertir esta tendencia, o al menos ralentizarla. La primera es entender mejor cómo utilizamos nuestras fuentes de agua y mejorar la eficiencia en el uso de este recurso. Eso incluye a los consumidores y a la industria, pero especialmente a la agricultura, que es responsable del 70% del consumo de agua.

Hay muchas oportunidades en nuevas técnicas de irrigación y reutilización del agua, pero, a largo plazo, elegir los cultivos adecuados para la situación hídrica local será clave para resolver el problema.

 

Debemos ser mucho más cuidadosos a la hora de mantener nuestra agua limpia. Si va a haber menos agua disponible, tenemos que asegurarnos de que toda es utilizable y no está contaminada

La segunda es entender que debemos ser mucho más cuidadosos a la hora de mantener nuestra agua limpia. Si va a haber menos agua disponible, tenemos que asegurarnos de que toda es utilizable y no está contaminada. Así que el tratamiento y la calidad del agua es también muy importante. En The Coca‑Cola Company exigimos que nuestros socios embotelladores mantengan altos estándares en el tratamiento de aguas residuales, incluso si son más exigentes que lo que requiere la legislación local.

¿La solución pasa por trabajar todos juntos: gobiernos, empresas, organizaciones, ciudadanos...?

Todos los usuarios de una cuenca hidrográfica dependen de que esta se administre adecuadamente; ninguna organización o entidad puede marcar la diferencia por sí misma. Por eso, la colaboración entre los diferentes actores implicados es absolutamente esencial para una gestión sostenible del agua y para resolver los problemas que depare el futuro.

La administración de estos recursos hídricos suele ser responsabilidad gubernamental, por lo que una buena legislación es indispensable, pero como empresas, como sociedad y como consumidores, también tenemos un papel muy importante que desempeñar.

Uno de los aspectos cruciales es lograr crear un modelo de negocio que impulse el cambio. Como grandes compradores de productos derivados de la agricultura, como zumos, edulcorantes, café, té…  The Coca‑Cola Company puede jugar un papel fundamental a la hora de que nuestros proveedores -y en última instancia, los agricultores- sigan prácticas sostenibles que incluyan un uso responsable del agua.

He estado recientemente con los agricultores de cítricos en Murcia y me ha impresionado los grandes esfuerzos que hacen para mejorar la eficiencia en el uso del agua. Eso es en parte debido a la legislación, en parte debido al precio del agua y en parte a las exigencias de los consumidores. Si existe un modelo de negocio en el que los agricultores y las compañías invierten en una mayor eficiencia en el uso del agua, estamos avanzando en la dirección adecuada.

¿Qué está haciendo The Coca‑Cola Company para preservar este recurso indispensable?

En materia de agua, tenemos un compromiso global de devolver a la naturaleza el equivalente al 100% del agua que utilizamos. Y lo estamos llevando a cabo de dos maneras:

Una es que utilizamos el agua de manera muy responsable y eficiente en nuestras plantas. Eso incluye saber de dónde procede el agua que utilizamos y gestionar esa fuente de forma sostenible; ser muy eficientes en cómo empleamos esa agua en nuestros procesos de fabricación y, finalmente, tratar esa agua antes de devolverla al medio ambiente. 

La otra es que devolvemos a la naturaleza el equivalente a toda el agua que utilizamos en nuestros productos a través de proyectos hídricos de diferente índole. Este es un objetivo que alcanzamos en 2015 a nivel global. Desde entonces, devolvemos a la naturaleza más agua que la que contienen nuestros productos.

En España hay actualmente varios proyectos en marcha que buscan equilibrar el agua utilizada en nuestras bebidas con la que ahorramos, recuperamos o hacemos accesible a través de estas iniciativas.

 

La administración de los recursos hídricos suele ser responsabilidad gubernamental, pero como empresas, sociedad y consumidores, también tenemos un papel muy importante que desempeñar

¿The Coca‑Cola Company irá todavía más allá?

En primer lugar, deberíamos estar muy orgullosos de haber alcanzado este difícil reto cinco años de lo previsto. Cuando nos planteamos esta meta, no sabíamos que íbamos a lograrlo tan rápido.

Desde luego, identificar e invertir en los proyectos adecuados para las zonas idóneas -especialmente allí donde el estrés hídrico o la calidad del agua sea un problema- sigue siendo la estrategia adecuada. Tenemos la oportunidad de lograr que este compromiso sea todavía más relevante a nivel local, pero también tenemos que ser conscientes de que, si seguimos creciendo como negocio y queremos convertirnos en una compañía total de bebidas, nuestras necesidades hídricas aumentarán.

Así que nuestros compromisos de área en el futuro deberán tratar de buscar el equilibrio entre ese crecimiento y las necesidades locales.

¿Destacarías algún proyecto de reabastecimiento de agua en el mundo? ¿Qué te parecen los proyectos que se están llevando a cabo en España?

A nivel global, resaltaría nuestra relación con WWF, en particular, los proyectos de conservación de las cuencas hidrográficas de los principales ríos de Asia, Sudamérica y África, que después se replican a nivel local en Europa -incluyendo España-. Es un gran ejemplo de cómo podemos combinar compromisos a escala global con una relevancia local.

En lo que respecta a España, me resulta fascinante la gran variedad de proyectos que hay en marcha, desde la protección de cuencas hidrográficas hasta la mejora de la eficiencia en el uso del agua en la agricultura.

He estado recientemente en Valencia y Castellón, donde estamos desarrollando el proyecto Cítricos Sostenibles. En colaboración con la Universitat Jaume I, estamos enseñando a los agricultores cómo mejorar su eficiencia en el uso del agua en el cultivo de naranjas y limones. Un ejemplo perfecto de una iniciativa con un gran impacto local.

¿Qué clase de evaluaciones se llevan a cabo a la hora de instalar una fábrica en zonas con estrés hídrico? ¿Se realizan exámenes también a las ya existentes de forma periódica?

Vigilamos constantemente nuestros riesgos hídricos globales. Tenemos herramientas para monitorizar el estrés hídrico y los riesgos relacionados con el agua en todo el mundo, de manera que sabemos en qué zonas existen estos riesgos o es probable que aparezcan en el futuro.

 

Usamos el agua de manera muy responsable y eficiente en nuestras plantas y devolvemos a la naturaleza el equivalente a toda el agua que utilizamos en nuestros productos a través de proyectos hídricos de diferente índole

 

Esta información se incluye en todas las evaluaciones que se realizan a la hora de abrir una nueva planta. Como compañía, debemos asegurarnos de que nuestras fábricas tengan una larga vida útil, porque implican una gran inversión.

Por otro lado, las plantas que ya están en funcionamiento también deben monitorizar constantemente sus fuentes de agua. Y lo hacemos para disponer de la información pertinente a la hora de elaborar planes de inversión y protección hídrica; así las plantas de producción están preparadas para afrontar posibles eventualidades.

Sin embargo, a medida que el cambio climático afecte al tiempo y los patrones de lluvia, donde hoy hay agua de sobra, puede que en el futuro no; y al revés, donde ahora hay escasez, puede que haya más agua. Así que monitorizar los riesgos hídricos y ajustar nuestros planes operativos es crucial.

Desde 2010, la compañía ha ido reduciendo paulatinamente el consumo de agua en el proceso de fabricación de las bebidas, y aspira a que esa eficiencia alcance en Europa el 20% en 2025. ¿Hay algún límite? ¿Cómo se logra?

Durante los últimos años hemos reducido la cantidad de agua que utilizamos en nuestros procesos como parte de nuestros compromisos en materia de sostenibilidad.

Ha habido una gran labor de concienciación, cambios en nuestra manera de trabajar y también mucha inversión en nueva tecnología, desde los sistemas de lavado hasta las cintas transportadoras de botellas, que antes estaban lubricadas con agua y ahora no.

Pero es una pregunta interesante: ¿Hasta dónde se puede llegar?

En algunas de nuestras plantas solo se necesitan 1,2 litros de agua por cada litro de bebida producida. Así que hace falta poca más agua que la que va incluida en el propio producto.

Obviamente, hay un límite físico a este ahorro de agua, pero también hay otro aspecto que debemos considerar. Muchas de nuestras plantas están ubicadas en zonas con gran abundancia de agua, así que la pregunta es: si invertir en eficiencia en el uso del agua supone un mayor consumo energético, ¿cuál es el beneficio para el medio ambiente?

Creo que debemos abordar esta cuestión de una manera más granular, más local, en vez de centrarnos únicamente en alcanzar la misma eficiencia en todas nuestras plantas.    

 

Para perdurar como empresa debemos compartir el valor que nuestros negocios generan

Uno de los mayores desafíos es implicar a toda la cadena de suministro de The Coca‑Cola Company en el uso responsable del agua. ¿Cómo se está haciendo?

Tenemos tres maneras de hacer llegar nuestros valores y principios sostenibles a nuestra cadena de suministro.

En primer lugar, tenemos nuestra política de derechos humanos y del trabajo, que rige tanto para nuestra compañía como para nuestros socios embotelladores y proveedores en todo el mundo.

En segundo lugar, tenemos nuestros Principios Rectores para Proveedores, que incorporan, además de nuestra política de los derechos humanos y del trabajo, pautas para el comportamiento ético, prácticas respetuosas con el medioambiente y una serie de requisitos que esperamos que nuestros proveedores directos cumplan.

En tercer lugar, están nuestros Principios Rectores de Agricultura Sostenible, que definen los estándares de sostenibilidad para las plantaciones que cultivan los ingredientes que utilizamos.

¿Qué valor medioambiental quiere generar The Coca‑Cola Company para la sociedad actual y las generaciones futuras?

Si buscas el significado literal de “sosteniblidad”, no es otro que “sostener, perdurar”. Así que la pregunta es: como sociedad y como empresas, ¿qué debemos hacer para perdurar?

La respuesta a esa pregunta va a cambiar constantemente, pero en esencia se trata de equidad, de compartir el valor que nuestros negocios generan. No solo con nuestros inversores, empleados y clientes -algo a lo que estamos acostumbrados- sino también con la sociedad, las comunidades y la naturaleza.

Nuestros compromisos son nuestra manera de lograrlo. Dicen: estas son las cosas en las que creemos. Nuestros proyectos y compromisos con el empoderamiento de la mujer y los jóvenes, en materia de derechos humanos, nuestras acciones en agua, agricultura sostenible, envases, clima... Son un reflejo de los valores que queremos compartir.

 

Última actualización: 05/07/2021