"Mi premio en el Concurso Coca‑Cola Jóvenes Talentos me hizo pensar que no me equivocaba al desear ser escritora"
Entrevista a Ángeles Caso
“Escribir no es ponerse a contar cosas. Ella no se pone a contar cosas. Crea un mundo”. Así se refería Ana María Matute a Ángeles Caso.
Cuando en 1974, con 13 años, esta gijonesa hizo la prueba escrita del Concurso Coca‑Cola Jóvenes Talentos de Relato Corto, soñaba con ser escritora. Como muchos de los miles de adolescentes que se presentan cada año desde hace 56. Fue ganadora por Asturias y el premio la reafirmó en su deseo de construir realidades con las palabras.
Tras encaminar sus primeros pasos hacia el periodismo y convertirse en un rostro conocido - presentó el Telediario de TVE y el programa de entrevistas La Tarde-, decidió alejarse de ese mundo para iniciar su carrera literaria. Con 35 años quedó finalista del Premio Planeta con El peso de las sombras, galardón que finalmente ganó en 2009 por su novela Contra el viento.
Hoy es miembro del jurado del Concurso Coca‑Cola Jóvenes Talentos. Reconoce que, con la lectura de cada nuevo texto que llega a sus manos, vuelve a recordarse a sí misma escribiendo su propio relato, disfrutando. Creando mundos, que diría Matute.
¿Qué recuerdos tienes del concurso?
Fue hace muchísimos años. Yo tenía 13 años, así que fue en 1974. Entonces no había autonomías, solo provincias. Yo gané en Asturias, aunque, si no recuerdo mal, éramos más de una persona por provincia. Primero nos llevaron de viaje una semana a Madrid y luego, aquel verano, 15 días por España y Portugal, en dos autobuses llenos de crías y críos. Fue una experiencia maravillosa. Era la primera vez que viajábamos sin nuestras familias, y nos divertimos muchísimo, además de ver mucho arte y visitar ciudades espectaculares. Todavía conservo un amigo y una amiga de entonces, Toni Font, ganador de Mallorca, y Ana Alfageme, ganadora de León. Seguimos siendo inseparables, como lo fuimos en aquel entonces.
Como miembro del jurado, ¿te ves reflejada en los chicos?, ¿revives tus comienzos como escritora?
Sí, claro. La mayor parte de los escritores solemos empezar a escribir a esa edad, incluso antes. Cuando los leo, siempre pienso en cuántos de ellos estarán poniendo en ese trabajo la ilusión de llegar a ser escritores en el futuro.
En esta 56ª edición han participado más de 12.000 estudiantes. ¿Qué criterios seguís para elegir a los ganadores?
Yo valoro a las chicas y los chicos igual que a un escritor adulto: su talento, es decir, su capacidad para crear una historia interesante a partir de la idea que se les da, y su utilización del lenguaje. Aunque la exigencia es un poco menor que hacia un adulto, claro.
¿Cómo suelen ser esos textos, en lo que se refiere a creatividad y calidad literaria?
Hay gente muy buena, chicas y chicos a los que lees y piensas: aquí hay una escritora o un escritor que triunfará dentro de unos años.
¿Hay algún relato que te haya impresionado particularmente?
La chica ganadora de este año, Verónica Rodríguez, me ha emocionado especialmente. Podría tener más de 20 años. Tiene una mente absolutamente original y un gran dominio del castellano. ¡Extraordinaria!
¿Constatas algún cambio en las narraciones a lo largo del tiempo?
Quizá lo que más he notado es que ahora tienen muchas referencias anglosajonas: les encantan los personajes con nombres ingleses. Imagino que leen mucha más literatura inglesa o estadounidense que nosotros.
¿Cómo son los chicos de ahora, a juzgar por lo que escriben?
Salvo ese detalle que acabo de mencionar, o sea, un poco más de cosmopolitismo, los encuentro muy parecidos. Como entonces, algunos son extremadamente sensibles y tienden al lirismo y la profundidad, por así decir, y otros se decantan por el humor. Pero sus intereses me parecen muy cercanos a los de mi tiempo. Aunque quizá estas chicas y chicos a los que les gusta escribir y leer no sean significativos de toda una generación.
¿Se debería potenciar más el talento entre los jóvenes?
El concurso de Coca‑Cola fue tan importante en mi propia vida, que pienso que debería haber muchas más iniciativas de este tipo. Se premia demasiado poco el desarrollo del talento creativo en los jóvenes, y es fundamental. ¡Soy una fan absoluta de este premio y de todos los que se le parezcan!
Con la lectura de sus relatos, ¿qué aprendes de estos adolescentes?
Más que aprender, recuerdo. Me recuerdo a mí misma escribiendo mi propia redacción (aquel año había que hablar del pueblo o la ciudad en la que vivíamos) con muchísima emoción. No creo que pensase en ganar. Solo disfruté de aquel rato escribiendo. Y luego, claro, llegó la gran noticia, y todo lo que aquello significó para una cría de 13 años. El premio me hizo pensar que no me equivocaba al desear ser escritora. Fue un gran empuje para mí, además de lo que significó como experiencia personal. Cuando los leo y les puntúo, los imagino con esas mismas ganas y me gusta pensar que quizá puedo contribuir a que alguno de ellos siga escribiendo en el futuro y llegue lejos.
Foto de Ángeles Caso: Alberto Montero
Última actualización: 03/07/2016