“Los Premios ‘Buero’ fueron el impulso final que necesitaba para ser actriz”
Entrevista a Natalia Huarte
En una época de cambios como es la adolescencia, la actriz Natalia Huarte entró a formar parte del reconocido grupo de teatro de su instituto, el IES Navarro Villoslada de Pamplona. Tenía 17 años y le gustaba la danza, pero en una etapa de autodescubrimiento como esta, quiso probar la extraescolar de teatro. Y ya no hubo vuelta atrás.
El director del grupo era el profesor Ignacio Aranguren, todo un referente del teatro escolar en España. “Me incorporé en 2007 y, ese mismo año, Ignacio me eligió para el papel protagonista de Mirandolina en la comedia La Posadera, de Carlo Goldoni”, relata. Para ella, que nunca se había subido a un escenario, aquella experiencia supuso un antes y un después. “Hicimos más de 30 funciones y los ensayos fueron brutales. Se despertó en mí un interés enorme por el arte dramático. De pronto, algo me dijo que ese era el camino por el que tenía que apostar”, prosigue.
"Al entrar en el grupo teatral de mi instituto se despertó en mí un interés enorme por el arte dramático. De pronto, algo me dijo que ese era el camino por el que tenía que apostar”
Ese mismo año, el IES Navarro Villoslada participó en los Premios “Buero” de Teatro Joven Coca‑Cola con La Posadera. Y quedó finalista a nivel nacional, junto al grupo mallorquín de los Institutos Alcover y Na Camel.la, y el gallego del IES Universidade Laboral de Ourense.
Natalia Huarte participó en los Premios "Buero" de Teatro Joven Coca‑Cola en 2007. Foto: Marta Ortiz.
“Recuerdo la emoción con que nos vinimos a Madrid a representar la obra en el Teatro Valle-Inclán antes de la gala final en la que se anunciaba al ganador. Para nosotros era impensable poder pisar su escenario con 17 años, sin ser profesionales de las artes escénicas”, asegura Natalia. No solo eso. En aquella edición -la cuarta-, recibió una mención especial como mejor actriz autonómica por su papel de Mirandolina.
"Recuerdo la emoción con que nos vinimos a Madrid a actuar en el Teatro Valle-Inclán. Para nosotros era impensable poder pisar su escenario con 17 años, sin ser profesionales"
“Aunque ya tenía claro que quería dedicarme a la interpretación, los “Buero” fueron el impulso final que necesitaba”, reconoce. “La mención especial me hizo mucha ilusión, claro está, pero para mí fue básico conocer a otros jóvenes con idénticas inquietudes para reafirmarme en mis intenciones y dejar de sentirme un bicho raro -aun en mi propio grupo de teatro- por querer vivir de esto”.
Su familia la apoyó incondicionalmente. “Mi padre me dio el consejo más sabio: no tengas un plan B. Si es lo que quieres, ve a por ello con todas tus fuerzas”. Y así fue.
En su paso por los "Buero", Natalia Huarte recibió una mención especial como mejor actriz autonómica y posteriormente una beca para estudiar arte dramático. Foto: Marta Ortiz.
Además de fomentar el teatro de base, los “Buero” conceden becas para estudiar en Escuelas Oficiales Superiores de Arte Dramático españolas. Natalia las solicitó y pudo disfrutar de una de ellas. “Gracias a ese apoyo económico, y tras superar las pruebas de acceso, pude estudiar en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) de Madrid, lo que me permitió profesionalizarme y poder dedicarme a esto”.
Y es que desde que encarnará a Mirandolina en segundo de Bachillerato, Natalia no ha parado de hacer teatro, “tan necesario por tejer vínculos entre los seres humanos y poner palabras a los sentimientos”. Teatro en verso en la Compañía Nacional de Teatro Clásico y teatro contemporáneo con dramaturgos y directores de la talla de Miguel del Arco o Alfredo Sanzol, que también pasó por el grupo teatral escolar del maestro Aranguren.
Desde que entrara en el grupo de teatro de su instituto en Pamplona y descubriera su pasión, Natalia Huarte no ha dejado de subirse a los escenarios. Foto: Marta Ortiz.
Hoy podemos ver a esta actriz navarra, de 29 años, compaginar el trabajo sobre las tablas con el personaje de la vital Carolina en la serie Amar es para siempre. “Lo que realmente me interesa es hablar del ser humano, de cómo somos, y eso se puede hacer desde diferentes ámbitos. El camino de la interpretación es infinito”, declara.
"Para mí fue básico en los 'Buero' conocer a otros jóvenes con idénticas inquietudes y dejar de sentirme un bicho raro por querer dedicarme a la interpretación de forma profesional"
En este recorrido, Natalia nunca se ha desvinculado de los “Buero”, que ya van por su 16ª edición. Es parte del jurado nacional de los galardones, junto a los actores Carlos Hipólito, Silvia Marsó y Emma Suárez, el autor Ignacio del Moral o los directores Miguel del Arco y Paloma Pedrero, entre otros. “Es una labor muy especial. Cuando veo los montajes que se presentan cada año, me veo a mí misma con 17 años, pero a la vez mi evolución en lo personal y como actriz”, señala. “Hay mucho talento, montajes fantásticos, innovadores; la adolescencia tiene algo que te hace arriesgar”.
En este sentido, rompe una lanza a favor de las nuevas generaciones. “Solemos desprestigiarlas -yo, por ejemplo, era de los ninis-. Pero llegan los “Buero” y nos sorprenden. ¿Qué pensábamos? Esos adolescentes no son más que un espejo de todo lo bueno que hay ahí fuera”. Seguro que entre ellos hay muchas mirandolinas que, como ella, merecen ser aupadas para conmovernos con su talento.
Última actualización: 16/06/2019