El proyecto 'Plantando agua' de Coca-Cola

Plantando agua

Coca‑Cola impulsa una innovadora forma de gestionar la tierra para proteger ríos y acuíferos en Teruel

En 2009, una tormenta eléctrica causó un grave incendio forestal en la Comarca de las Cuencas Mineras, en la provincia de Teruel, que arrasó 7.300 hectáreas de monte, la mayoría bosque. Desafortunadamente, muchos de los árboles que ardieron no eran resistentes al fuego, pues se trataba de especies no autóctonas de pino plantadas para proporcionar madera a las minas de carbón de la zona -ya cerradas- con la que soportar túneles y pozos.

Preguntados, los vecinos y grupos de interés de la zona consideraron que la prioridad ambiental era recuperar el bosque devastado y Coca‑Cola, que a través de su marca Aquabona gestiona el manantial de Fuenmayor, cercano al área afectada, quiso poner su granito de arena.

En 2012, consciente de que la suma de voluntades es clave para el éxito, propició un proceso de diálogo entre administración, actores locales, investigadores, científicos y ONG que sentara las bases para devolver la vida al monte.

Fruto de esas conversaciones, nacía en 2013 el Plan Director para la recuperación de 1.234 hectáreas de bosque repartidas entre los términos municipales de La Zoma, Cañizar del Olivar y Castel de Cabra.

El plan comenzó a ejecutarse en 2014 con Plantando Agua, una iniciativa liderada por Coca‑Cola y desarrollada hasta 2018. Gestionada por ECODES con la asesoría científica de la Universidad de Zaragoza, contó con la participación y el apoyo del Gobierno de Aragón, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Barcelona.

“El agua es un elemento vital para Coca‑Cola. Es el ingrediente principal de nuestras bebidas, pero, además, es un recurso escaso. Por ello, tenemos una gran responsabilidad que trasladamos a través de proyectos como Plantando Agua”, explica Susana Pliego, Environment & Safety Manager en The Coca‑Cola Company.

En 2009, un grave incendio arrasó 7.300 hectáreas de monte, la mayoría bosque.

Manejar la vegetación para proteger el ‘agua azul’

La principal originalidad del proyecto fue que tuvo en cuenta que la vegetación influye en la disponibilidad de agua. “Existe la idea extendida de que cuantos más bosques haya, más agua tendremos. Sin embargo, esto no es del todo cierto”, asegura José Manuel Nicolau, asesor científico del Plan Director y profesor de Ecología de la Universidad de Zaragoza.

“Con tantas hectáreas como hay aquí y con un terreno calizo, cuanto más densa sea la cobertura forestal, más agua consumirá ese bosque para la fotosíntesis y más agua de lluvia atrapará para transpirarla después a través de las hojas a la atmósfera. Es agua, la llamada agua verde, que no irá a parar a ríos ni acuíferos para el consumo humano”. Nicolau aporta algunos datos. “Diversos estudios atribuyen un descenso medio del 20% en el caudal de los ríos al aumento de la vegetación en las áreas rurales, como consecuencia de la despoblación y la disminución del ganado”.

Así, los trabajos en la zona se centraron en realizar una reforestación controlada que asegurase el suministro de agua azul -la de ríos y acuíferos-, pero también en fomentar la ganadería como productora de agua azul al controlar la vegetación y, por ende, también los incendios. “El pastoreo limpia el monte”, apunta el profesor Nicolau. “Hemos mejorado las infraestructuras ganaderas, como los abrevaderos, y restaurado un viejo corral de ovejas”. Gracias al proyecto, se logró incrementar en un 5% este agua azul, es decir, el agua directamente disponible para la sociedad.

El proyecto ha fomentado la ganadería como productora de ‘agua azul’ al controlar la vegetación y, consecuentemente, también los incendios.

Un monte adaptado a los retos del siglo XXI

El Plan Director, sin embargo, iba más allá. Los expertos diseñaron un monte que pudiera hacer frente a los retos del siglo XXI. El primero de ellos es el cambio climático. “En los perímetros elegidos para restablecer el bosque, usamos determinadas especies autóctonas, como el pino carrasco, por ser las que mejor se adaptan a los periodos de sequía. Además, plantamos menos árboles por hectárea, por lo que cada uno de ellos tendrá más ración de agua cuando llueva”, cuenta María Jesús Sanz, responsable de Relaciones Institucionales de ECODES.

Otro de los desafíos es que el monte sea resistente a los incendios, pues la Comarca de las Cuencas Mineras es una de las zonas de Europa donde más rayos caen. “Hemos escogido especies que, tras el fuego, mantienen el tronco, del que salen nuevas ramas, como las del género Quercus”, continúa Sanz. “También hemos hecho parches de plantaciones discontinuas, lo que, en caso de incendio, dificultaría la propagación del fuego”.

El plan también hacía un guiño a la economía local y buscaba un equilibrio entre la protección del monte y los ungulados silvestres (cabra montesa, jabalí, corzo, venado), que despiertan gran interés cinegético y son motor económico del entorno. “Con la despoblación del campo, estos ungulados están en expansión, como es el caso de la cabra montesa”, señala Nicolau. “Esta come mucha hierba, pero también los brotes de encinas, de los pinos.., por lo que supone una amenaza para las plantaciones”. Así, se han efectuado censos para controlar su población. “Ahora estamos en 3,3 cabras montesas por kilómetro cuadrado, lo que no es mucho”, comenta Nicolau.

Para la reforestación se han escogido especies más resistentes a incendios.

1.573 millones de litros de agua recuperada

En 2016 el Plan Director de recuperación hidroforestal impulsado por Coca‑Cola fue asumido por el Gobierno de Aragón y aún tardará varios años en ejecutarse por completo.

Mientras tanto, solo gracias a Plantando Agua, hasta finales de 2019 se habían conseguido reforestar 74,11 hectáreas, plantar 79,474 árboles y recuperar 2.202 millones de litros de agua. Asimismo, con un mantenimiento adecuado, se prevé recuperar 629,2 millones de litros de agua en años sucesivos (en 2020 se recuperó esa cantidad).

Los beneficios no cuantitativos también son muchos. Además de demostrar que la cooperación entre las partes implicadas asegura el éxito y beneficia a todos, esta innovadora forma de gestionar el monte y los diversos estudios de campo realizados pueden servir de modelo a la comunidad científica. Tal como explica el profesor Nicolau, "el conocimiento generado ya se está aplicando en territorios cercanos que han sido también pasto de las llamas".

Proyecto financiado por The Coca‑Cola Foundation

Fotos | ECODES

 

Última actualización: 19/07/2021