Envases sostenibles
Los envases son fundamentales en la industria alimentaria. Permiten transportar los alimentos y las bebidas de forma segura y protegerlos para que lleguen a los consumidores con la misma calidad que presentan en las líneas de producción. Sin embargo, si no son sostenibles o si, tras su uso, no se reciclan ni se gestionan como es debido, acaban contaminando la naturaleza.
Coca‑Cola, con la sostenibilidad en el centro de su modelo de negocio, trabaja para que sus latas y botellas sean cada vez más respetuosas con el medio ambiente. En este intento por reducir el impacto que sus envases tienen en el planeta, la compañía apuesta por la economía circular. Y es que, frente al actual sistema lineal de producir, usar y tirar, esta propone un modelo de crecimiento en el que los envases pueden convertirse en otros al finalizar su vida útil, sin que ninguno termine como residuo. Así, una botella de Coca‑Cola acaba transformándose en otra botella de Coca‑Cola.
Lograr esto implica aplicar esta lógica circular a todo el ciclo de vida de los envases, desde cómo se diseñan y fabrican hasta cómo se reciclan y reutilizan.
Así, el primer paso es el ecodiseño. Es decir, diseñar los envases teniendo en cuenta la huella ambiental asociada a su producción, distribución o consumo con el fin de minimizarla. Esto se consigue, por ejemplo, aligerando su peso y aumentando el porcentaje de material reciclado para emplear menos recursos, aunque también innovando para facilitar su reciclaje y desarrollando novedosas alternativas a los envases tradicionales.
Coca‑Cola aplica los principios del ecodiseño para reducir la huella ambiental de sus latas y botellas
Hace años que Coca‑Cola recurre al ecodiseño y, gracias a él, ha logrado poner en el mercado envases cada vez más sostenibles.
De este modo, los envases de Coca‑Cola en España son ahora más ligeros. Y es que el hecho de que una lata o una botella pesen algún gramo menos puede parecernos insignificante, pero cuando millones de latas y botellas son más livianas, las materias primas empleadas para fabricarlas son muchas menos, aparte de que su transporte es más eficiente, lo que contribuye a reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Muestra de ello es que en 2023 Coca‑Cola implementó un programa de aligeramiento de sus envases, que reduce el gasto de materia prima y la huella de carbono. Así, ha conseguido un ahorro anual de 239 toneladas de plástico PET y 57,4 de aluminio. Por ejemplo, se ha reducido en dos gramos el peso de cada una de las botellas de agua de 1,5 l. y de 500 ml, y aligerado en un 5% las latas de 33 cl. En los últimos 30 años, el peso total de estas se ha reducido un 60%.
En cuanto a los envases de vidrio rellenables, la botella Contour, la más icónica de la marca Coca‑Cola, pesaba 372 gramos en sus inicios. En el año 2000 se llegó a los 150 gramos (con la botella de 200 ml) y en la actualidad tiene un peso de 140 gramos, con 37 ml más de capacidad. Es decir, un 18% más de producto con un 21% menos de peso.
Siguiendo el modelo de la economía circular y con el objetivo de reducir los residuos, Coca‑Cola en España también ha ido aumentando progresivamente la cantidad de material reciclado en sus envases.
Las botellas PET de Aquarius contienen un 50% de plástico reciclado.
De esta manera, las botellas de plástico tienen ya más de un 50% de plástico reciclado (en 2017 era el 13%). Es más, las botellas de 500 ml de refrescos y las de la marca de agua Glacéau Smartwater ya están fabricadas con plástico 100% reciclado. Y es que el PET reciclado genera un 70% menos de huella de carbono que el PET virgen de origen fósil.
A nivel mundial, el objetivo de la compañía es continuar con estos esfuerzos y utilizar entre un 35% y un 40% de material reciclado en sus envases de plástico, vidrio y aluminio, lo que incluye un aumento del uso de plástico reciclado de entre un 30% y un 35%, algo que ya se ha alcanzado en nuestro país.
Siguiendo el modelo de la economía circular y con el objetivo de reducir los residuos, Coca‑Cola en España aumenta la cantidad de material reciclado en sus envases
Coca‑Cola ha creado una innovadora botella de papel.
Además, Coca‑Cola también apoya diversos proyectos de innovación y ecodiseño de los envases, en los que invierte millones de euros. Gracias a esta apuesta, ha desarrollado, junto a la start-up PaBoCo (The Paper Bottle Company), un primer prototipo de botella hecha de papel, un material renovable, fácilmente reciclable y biodegradable.
En 2019, lanzó la primera botella elaborada con plástico reciclado procedente de basura marina, logrando transformar plástico muy degradado en materia prima de alta calidad para uso en alimentación y bebidas, algo que no se podía hacer hasta ese momento.
Coca‑Cola ha desarrollado un primer prototipo de botella hecha de papel y la primera botella que utiliza plástico reciclado procedente de basura marina para su uso alimentario
Esto significa que los plásticos con impurezas, que a menudo se destinan a la incineración o son llevados a los vertederos, ahora pueden recibir una nueva vida. También supone que habrá más material disponible para el reciclado, lo que reducirá la cantidad de plástico virgen que se emplea, generando así una menor huella de carbono.
Una década antes, en 2009, Coca‑Cola lanzaba PlantBottle, una botella con un 30% de materiales de origen vegetal provenientes de un subproducto del procesado de la caña de azúcar y totalmente reciclable. Además de contribuir a reducir residuos, tiene una huella de carbono aproximadamente un 12% menor que la del resto de botellas. Precisamente por ello, actualmente la compañía está colaborando con diversos proveedores tecnológicos para continuar desarrollando este material pionero.
En este sentido, los esfuerzos de Coca‑Cola para que sus envases sean más sostenibles también se centran en adoptar una serie de medidas que hacen que sean más fáciles de reciclar. Por ejemplo, no utiliza mezclas de diferentes plásticos ni multicapas y las botellas PET verdes de Sprite han pasado a ser transparentes, lo que permite que, al reciclarse, dichos envases puedan ser transformados en nuevas botellas. Así, el 99,9% de los envases de Coca‑Cola en España son completamente reciclables.
En esta línea, también se han ido introduciendo otras mejoras sostenibles, como los nuevos tapones desarrollados por Coca‑Cola que van unidos a las botellas de plástico para facilitar su recogida y reciclaje. España fue el primer país de la compañía en Europa en fabricar y probar los nuevos cierres, antes de su introducción definitiva y por etapas en los diferentes mercados.
Coca‑Cola ha desarrollado unos nuevos tapones unidos a las botellas con el fin de facilitar su recogida y reciclaje.
Además, el 27% de los envases que produce Coca‑Cola son rellenables y está trabajando en tecnologías que permitan nuevas formas de suministro para prescindir de envases innecesarios y reducir la huella de carbono, e incluso en modelos sin envase. Es el caso de su sistema de dispensado Freestyle, que ofrece bebida a demanda a los consumidores a través de vasos reutilizables.
En este punto, merecen especial atención las botellas de vidrio rellenables, que encontramos en bares, cafeterías, restaurantes y hoteles. Tienen la particularidad de que, una vez utilizadas, se recogen en el establecimiento hostelero y vuelven a las plantas de envasado. Allí se lavan con detergente y agua a altas temperaturas, y pasan una inspección electrónica antes de volver a rellenarse. Un mismo envase se puede utilizar 25 veces, tras las cuales la botella es conducida a una planta de reciclado para que vuelva a formar parte de otro objeto de vidrio.
Los envases se suelen comercializar dentro de los llamados embalajes secundarios, que protegen a aquellos y facilitan su traslado. Muchos consisten en un film plástico que envuelve las latas y botellas, y que a menudo es más difícil de reciclar que otros plásticos. De modo que, para evitar que esos envoltorios terminen en vertederos o como residuos, Coca‑Cola en España trabaja para reducir en lo posible todo ese plástico innecesario de un solo uso.
Así, a finales de 2019 sustituyó la envoltura plástica de sus multipacks de latas de 200 ml por una de cartón 100% reciclable y con certificación PEFC, que asegura que procede de bosques sostenibles. Asimismo, España fue el primer país en incorporar la tecnología CanCollar® para sustituir las anillas de plástico de los packs de latas por agrupadores de cartón reciclable.
Los envases son también sus etiquetas y las de Coca‑Cola son de papel con el sello FSC (Forest Stewardship Council), máxima garantía de que esta materia prima proviene de bosques gestionados de forma sostenible.
De hecho, Coca‑Cola en España es miembro desde 2008 de la Red Ibérica de Comercio Forestal de WWF, que promueve un consumo responsable y sostenible de productos forestales para ayudar a proteger los bosques amenazados y acabar con la tala ilegal.
Pero no se trata solo de lanzar envases sostenibles que se puedan reutilizar y reciclar, sino de retirar los que en la actualidad están contaminando el medio ambiente. Por eso, Coca‑Cola se ha marcado el objetivo a nivel global de recoger el equivalente a entre el 70% y el 75% de los envases que comercializa anualmente.
Coca‑Cola se ha propuesto recoger el equivalente a entre el 70% y el 75% de los envases que comercializa
Un claro ejemplo de este compromiso es el proyecto Mares Circulares de Coca‑Cola en España, que cada año retira toneladas de residuos de costas, espacios protegidos y fondos marinos de España y Portugal. Pero esto es solo la punta del iceberg, pues la clave de la iniciativa es promover la sensibilización ambiental para generar una cultura del reciclaje, además de apoyar estudios científicos e iniciativas empresariales que buscan soluciones al problema de la contaminación marina en el marco de la economía circular.
Desde que echara a andar en 2018, este proyecto en red ha logrado recoger más de 2.200 toneladas de basura en entornos acuáticos y fondos marinos gracias a la intervención de más de 40.000 voluntarios, sensibilizar a decenas de miles de personas e impulsar 15 estudios científicos y a 7 start-ups.
Para cerrar el ciclo, los residuos recogidos durante el programa se clasifican con el fin de aprovecharlos y que tengan nuevos usos. En el caso del plástico PET recuperado, este se integra en la cadena de valor de Coca‑Cola.
La economía circular, una oportunidad para crear valor
Reducir los residuos no es fácil e involucra a muchos actores. Por un lado, las empresas deben hacer su parte, repensando todo el ciclo de vida de los envases, desde cómo están diseñados hasta cómo están hechos, asegurándose de que son reciclables. Por el otro, los ciudadanos también tienen que aportar su granito de arena, al igual que las administraciones públicas, que deben garantizar sistemas de recogida y reciclaje realmente eficaces.
Los residuos son una oportunidad para generar valor económico, social y ambiental
La economía circular marca el camino hacia un mundo sin apenas residuos, donde los bienes que se reintroducen en la cadena de producción se convierten en una oportunidad para generar valor económico, social y ambiental. Solo hace falta la implicación de todos.
Última actualización: 13/12/2024