Así nacieron los osos polares de Coca‑Cola
Todo un icono de la Navidad como Papá Noel o la caravana de camiones iluminados
Los osos polares son uno de los símbolos de la publicidad de Coca‑Cola y un icono de la Navidad, como Papá Noel o los camiones de reparto de Coca‑Cola iluminados. Estos animales aparecieron por primera vez en 1993 en el anuncio de televisión Northern Lights (Luces del Norte), que mostraba un lugar mágico en el que los osos polares van a ver películas (la aurora boreal) y beben Coca‑Cola. El spot cautivó al público y sus entrañables protagonistas están hoy entre los personajes más recordados y queridos de la publicidad de la marca.
Fueron creados por el artista Ken Stewart, que se inspiró en Morgan, su perro labrador. "Siempre pensé que Morgan se parecía a un oso polar... Solía llamarle el cachorro de oso polar o el bebé oso polar", recordaba el propio Stewart en una conversación en 2018 en su casa de Beverly Hills (California) con la web corporativa de The Coca‑Cola Company. Un buen día, según confesaba, asoció ideas: "Me dije: ‘Sí, oso polar, Coca‑Cola... fría, refrescante. ¡Genial! Tengo que incluir en el anuncio a los osos polares de alguna manera".
Crear una historia simple, pero potente
Ken Stewart se inspiró en su perro labrador Morgan para dar vida a los icónicos osos polares. Fotos: Hannah Nemer.
Por aquel entonces, de entre todos los anuncios de Coca‑Cola, el favorito de Stewart era el de Mean Joe Greene, de 1979, que mostraba el lado más tierno del jugador de fútbol americano Charles Edward Greene, más conocido como Mean Joe Greene, el fortachón de los Pittsburgh Steelers. "Aquel spot tenía tanto corazón y calidez...; era una historia simple, pero poderosa. Quería volver a poner esa emoción en la publicidad de Coca‑Cola, que necesitaba regresar al lado emocional".
Finalmente Morgan le proporcionó la inspiración que necesitaba. “Lo miré y pensé: ‘Si pudiera transmitir mis sentimientos hacia él en el anuncio, este será un nuevo Mean Joe Greene".
Un anuncio revolucionario
Con la idea clara de que habría osos polares en el spot, el siguiente paso fue definir qué harían. “Cuando bebo Coca‑Cola generalmente estoy viendo una película, así que se me ocurrió que los osos se juntaran en grupo en el Ártico observando el espectáculo de la aurora boreal (las Luces del Norte, como la llaman en el norte de Europa) mientras tomaban una Coca‑Cola".
Stewart quería que el anuncio fuera rompedor, y lo fue en lo que se refiere a la animación que dio vida a los animales y que nada tuvo que ver con la habitual de los dibujos animados. Recurrió a la empresa Rhythm & Hues, con sede en Los Ángeles, que contaba con los programas gráficos más vanguardistas. "Me dijeron algo que me sonó a pura magia: 'Podemos hacer pieles'. '¿Podéis hacer que parezca que el viento sopla en el pelaje de los animales?', les pregunté. 'Sí, podemos', me contestaron".
Los osos polares animados debutaron en 1993 como parte de la campaña ‘Siempre Coca‑Cola’.
Un escultor creó las cabezas de los osos en arcilla -basados en la apariencia de Morgan- para definir su aspecto antes de que los modelos fueran transferidos posteriormente a imágenes animadas.
Usando los storyboards (secuencias ilustradas) de Eugene Yelchin, Stewart y su equipo crearon bocetos a lápiz para plasmar cómo los osos aparecían en cada escena. A continuación, estudiaron películas y fotos de estos animales para tener una mejor idea de cómo movían sus cabezas, su cuerpo y sus extremidades.
Desafíos técnicos
Todd Shifflett, uno de los miembros de Rhythm & Hues a cargo del anuncio, recordaba, en una entrevista con la web corporativa de Coca‑Cola en Reino Unido, los retos técnicos a los que tuvieron que enfrentarse para dar vida a los osos polares en la pequeña pantalla. "Por aquel entonces, nuestros ordenadores más potentes tenían grandes limitaciones, así que nos vimos obligados a recurrir a muchos trucos”.
16 personas trabajaron casi a tiempo completo durante cuatro meses para crear un anuncio de 30 segundos. Según Stewart, "se pareció mucho al despegue de una nave espacial al principio. Todos creíamos que podíamos alcanzar la Luna. Pero hubo muchos accidentes en la plataforma de lanzamiento antes de que llegáramos hasta allí".
Shifflett se acordaba especialmente de la noche en la que, accidentalmente, borró por error todo el proyecto grabado en el ordenador. "Entré en pánico. Pensé que lo había eliminado todo. No me quedó más remedio que confesar lo que había hecho. Afortunadamente, había copias de seguridad y el proyecto sobrevivió".
Sin voces humanas
En el anuncio no hay voces humanas, sino efectos de sonido, algo que buscó deliberadamente Stewart. "Primero escuchas los gruñidos y el crujido de la nieve, pero no sabes exactamente qué son esos sonidos hasta que ves de qué se trata. Estás conectado a sonidos naturales fuera de cámara, hasta que te sumerges de lleno en ese mundo místico".
El propio Stewart puso voz a los osos por pura casualidad. "Habíamos estado buscando gruñidos de osos, pero ninguno nos encajaba con los movimientos de los animales, así que me grabé a mí mismo reproduciéndolos como una forma de decir: 'Esto es lo que necesitamos'. Eran gruñidos emocionales y guturales que trataban de transmitir emociones asociadas a los movimientos. Al final, todos dijeron: 'Funciona, así que vamos a dejarlo así".
Y vaya si funcionó. Antesala del éxito instantáneo que el spot tendría entre la audiencia fue la rueda de prensa de presentación en Nueva York, en la que, tras su visionado, los medios de comunicación aplaudieron con fruición. En ese momento Coca‑Cola supo que tenía “un hit entre sus manos”. Y así fue.
Expandiendo el mundo de los famosos osos
Ante el éxito cosechado, Coca‑Cola pidió a Stewart y Rhythm & Hues expandir el mundo de los osos polares, que han aparecido en muchos anuncios de Coca‑Cola desde 1993, entre ellos uno para los Juegos Olímpicos de Invierno de Lillehammer (Noruega) de 1994.
En 2013, protagonizaron un corto producido por el director de cine británico Ridley Scott.
Cada uno de estos spots son diferentes del original de 1993, pero mantienen la misma esencia de diversión, unión, disfrute y sencillez. El universo de los osos es feliz y es un mundo al que uno quiere pertenecer.
En este sentido, “menos es más", afirmaba Stewart, para quien, de volver a hacer el anuncio, "lo haría exactamente de la misma manera". Su creador se mostraba especialmente orgulloso de su “autenticidad emocional”. Tal como reconocía, “cuando haces algo grande para Coca‑Cola y a un nivel emocional, como es el caso de Northern Lights, su recuerdo dura para siempre”.
Este artículo es una adaptación del publicado en la web corporativa de The Coca‑Cola Company
Última actualización 12/11/2020